Blog

Durante años, los videojuegos han sido objeto de críticas por supuestos efectos negativos en el comportamiento y la salud mental. Sin embargo, la ciencia sigue desmintiendo estos mitos. Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista Nature Human Behaviour revela que jugar a videojuegos puede aportar beneficios duraderos para la salud psicológica, reduciendo la angustia y aumentando la satisfacción con la vida.

El estudio, liderado por Hiroyuki Egami, científico del comportamiento de la Universidad de Nihon en Tokio, se realizó con más de 97.000 participantes en Japón durante la pandemia. Debido a la escasez de consolas en ese período, solo era posible adquirir una PlayStation 5 o una Nintendo Switch a través de un sorteo. Los investigadores compararon la salud mental de quienes ganaron la posibilidad de compra con quienes no lo hicieron. Los resultados fueron contundentes: tener una consola redujo la angustia psicológica y mejoró la satisfacción vital entre un 0,1 y un 0,6. Además, el estudio evidenció que jugar con regularidad generaba efectos positivos en el bienestar mental, especialmente durante las primeras tres horas de juego.

Los investigadores también encontraron diferencias en los beneficios según el tipo de consola. La Nintendo Switch tuvo un impacto más positivo en adolescentes y mujeres, mientras que la PlayStation 5 benefició a adultos jóvenes y profesionales sin hijos. Esto podría explicarse por el tipo de juegos que predominan en cada plataforma: la Switch está diseñada para experiencias más casuales y sociales, mientras que la PlayStation 5 ofrece títulos más inmersivos y orientados a la acción individual.

La ciencia y los videojuegos: una relación en reevaluación

Este estudio no es el primero en destacar los beneficios de los videojuegos. Investigaciones previas de la Universidad de Oxford y la Universidad de Limerick ya habían encontrado que jugar puede ayudar a reducir la ansiedad y la depresión, dos de los trastornos mentales más comunes en la actualidad. Además, un estudio longitudinal publicado en Nature en 2018 descartó la relación entre los videojuegos violentos y el comportamiento agresivo.

A pesar de estos hallazgos, la percepción pública sigue cargada de prejuicios. Peter Etchells, profesor de psicología en la Universidad de Bath, señala que aún existe una brecha entre la evidencia científica y la opinión general sobre los videojuegos. "Para los niños, jugar es una manera divertida de entender el mundo y desarrollar habilidades sociales. Para los adultos, es clave para el bienestar. Todos deberíamos jugar más, y los videojuegos son una forma accesible de hacerlo", afirma.

Si bien la Organización Mundial de la Salud reconoce la adicción a los videojuegos como un trastorno mental, la literatura científica sugiere que los casos patológicos son minoritarios y que la mayoría de los jugadores mantiene una relación saludable con esta afición. Además, los expertos coinciden en que es necesario seguir investigando con metodologías rigurosas para comprender mejor los efectos del juego digital.

En un mundo donde tres mil millones de personas juegan regularmente, la evidencia es clara: lejos de ser un problema, los videojuegos pueden ser una herramienta valiosa para mejorar la salud mental y la calidad de vida.

Tío Valrod.cl